domingo, 24 de julio de 2011

Lo que no se ve...


No hace mucho salió una película de nombre “El Secreto”. Rápidamente se dio a conocer y dio la vuelta al mundo. Todos hablaban de ella. Recuerdo que la esposa de una amigo me la presto y me dijo: “pero me la regresas, porque ¡no puedo vivir sin ella!”. Me intrigo su comentario y necesidad de no perderla de vista.

Las personas que la vimos, sabemos trata del principio de la Fe. Cuando era yo tan solo un niño, de alguna manera sentía que todo tenía que salir bien, pero no tan solo bien, sino perfecto, como una operación matemática. Simplemente lo sabía o mejor dicho, lo sentía. También recuerdo, cuando después de una serie de circunstancias negativas, fui olvidando esa sensación de seguridad y comencé a vivir con miedo. Me sentía desamparado, frágil, débil, desprotegido… Como estar expuesto sin ningún tipo de protección…

La escritura dice: “ES pues la Fe la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven”. Hebreos 11:1

En estos tiempos como en toda la historia, la gente vive con miedo. Miedo de no ser suficiente, miedo a no ser querido, miedo a ser abandonado, miedo tener ese trabajo, miedo a perder los hijos, miedo a que estallen más crisis, miedo a que las drogas lleguen a nuestros hijos, etc. Las personas parecemos tener millones de razones para no alcanzar una mejor calidad de vida… Lamentablemente, no hay pastilla que cure el miedo, es la Fe es lo que destruye el miedo… y el miedo es lo que destruye la Fe. Ambos forman parte del espíritu. ¿Acaso el miedo se ve? ¿Acaso el miedo se puede tocar? No. El miedo vive en lo que no se ve. Es estricto sentido, el miedo es Fe a la inversa.

¿Cuantas veces hemos escuchado que porque en nuestras familias existen enfermedades como la diabetes o el cáncer o alcoholismo o depresión, nosotros estamos destinados a lo mismo? o cuando venimos de hogares rotos y nos empeñamos a no seguir el mismo ejemplo, para finalmente convertirnos en aquello que dijimos no iba a pasar? Esto es precisamente la Fe, nuestra Fe, trabajando en nuestra contra. Lo triste y peligroso es que mientras lo creamos, eso obtendremos.

Si queremos sacar el miedo en nuestras vidas, tenemos que cambiar nuestra manera de pensar. Tenemos que comenzar a creer en resultados positivos en todas las áreas de nuestras vidas pues Dios, quiere que seamos prósperos en absolutamente todo. Tal como hemos escuchado tragedias, también hemos escuchados historias de éxito, historias de personas que sin recursos de ningún tipo, han logrado lo inimaginable, hemos escuchado sobre personas desahuciadas que han sanado de la nada, y hay ocasiones que hemos visto cosas con nuestros ojos que nos rehusamos a creer, pensamos que es un truco. Es decir, hay mucho donde ver los resultados de la Fe en lo positivo.

La escritura dice:

“Cumple las ordenanzas del Señor tu Dios haciendo su voluntad y cumpliendo sus leyes, mandamientos y decretos y mandatos, según están escritos en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y dondequiera que vayas.” Reyes 1:2.

Los ingredientes principales de la Fe son:

La oración: Lamentablemente muchas personas se rehúsan totalmente u oran a Dios solo cuando están en problemas. No conocen el poder de la oración. Es tan simple como pedir algo a nuestro padre cuando somos pequeños, es el mismo concepto. Es por la oración que la Fe comienza a funcionar. Es decir, la Fe es divina, es de Dios. Es indispensable orar por Fe en resultados positivos que se manifestarán por la gracia de Dios… Oremos constantemente y/o previamente a que se presenten los problemas. La oración debe contener nuestra suplica, pero no tan solo pedirlo de labios para fuera sin creer, sino verlo en nuestras mentes y corazones por medio de la:

Imaginación: La imaginación es la habilidad de ver, de crear imágenes en nuestras mentes previamente a ser materializadas. Pensemos en esto: ¿Como es que se han inventado tantas cosas ¿Como es que se han descubierto tantas cosas? Porque solamente nosotros los humanos, tenemos la capacidad de imaginar intencionalmente y cada vez que queramos? Se nos ha vuelto tan cotidiano que hemos perdido perspectiva del poder de este privilegio. Tal como un arquitecto imagina un edificio antes de hacerlo, cuando nosotros deseemos algo debemos poder imaginarlo primero. Estamos condicionados a hacer la inversa: ver para creer; es por eso que primero tenemos que ver en nuestras mentes, para creer. La Fe comienza a funcionar cuando tenemos la capacidad de imaginar la  materialización de nuestros sueños.

Valor: El valor es como el combustible de la Fe. Cuando emprendemos un proyecto, cuando competimos en algún deporte, cuando tomamos algún examen, cuando aplicamos para algún trabajo, necesitamos valor. Si queremos cambiar algo en nosotros mismos necesitamos valor para ser honestos. Necesitamos valor para emprender. Después de todo, la oportunidad se presentará irremediablemente, necesitamos del valor para tomarla con determinación. Otro aspecto es necesitamos valor para superar el caso que nuestro sueño no se haga realidad. Recordemos que los retrasos de Dios no son negaciones de Dios. A veces no estamos preparados. A veces es muy pronto. Muchas veces no vemos claramente. Tengamos la Fe en que si no se cumplió, es porque hay una opción mucho mejor y que Dios quiere que tengamos el valor de no renunciar. Muchas veces, lo que queremos no es lo que necesitamos. Recordemos que Dios, conoce antes que nosotros, TODAS nuestras necesidades.

La escritura dice: “Den animo y valor a sus corazones todos los que confían en el Señor”. Salmos 31:24.

Paciencia: Indispensable, Pues la fe tiene que ver con el tiempo de Dios. Cuando pidamos con Fe, debemos tener enterrado en nuestros corazones que Dios quiere que prosperemos en todo lo que emprendamos y que todo, absolutamente todo nos viene a bien. Si nuestra petición no es satisfecha el resultado siempre será positivo, nos convendrá. Muchas veces parece que Dios no nos escucha. Es porque precisamente trabaja en lo que no podemos ver. Jesús comento que el reino de Dios es como una red, como una gran red. Todo esta interconectado. Si pensamos en todo lo que esta conectado en el reino que no podemos ver, del cual Dios está al volante, necesitamos tener paciencia pues Dios verá que todo resulte para bien, para toda la red.

Esta escrito: “Abraham espero con paciencia y recibió lo que Dios le había prometido”, Hebreos 6:15.

Acción: Nunca debemos de dejar de hacer algo cuando nos fijamos una meta. La Fe sin acciones es una Fe sin vida, es una Fe muerta. Cuando deseamos algo por Fe, debemos pedirlo, imaginarlo, verlo realizado en nuestras mentes. Debemos imaginar sus colores, sus olores, hasta la velocidad de lo proyectado en nuestras mentes, como una película. Una vez que tengamos claramente lo que deseamos, comencemos a tomar dar pasos de Fe hacía nuestro objetivo: Una llamada, un email, una cita, vaciar nuestro refrigerador, ingresar a un gimnasio, una lista de cosas por hacer, algo. Podremos ver con nuestros ojos y percibir con nuestra sensibilidad como se nos abren las puertas o como se cierran. Recordemos que Dios es como un gran padre que nos guía y que no quiere que caigamos.

¿Que hacer cunado se presenten obstáculos? Porque perdemos animo cuando se nos presentan problemas? Acaso no es cuando emprendemos algo nuevo, es cuando se nos presenta mayor adversidad? Entonces nos desanimamos y muchos dejan sus sueños en el camino. Ahí es precisamente donde tenemos que mantener la Fe, abasteciéndola de valor, de coraje, y seguir adelante sin importar las circunstancias. Muchas veces, queremos lograr algo, pero al vida nos lleva por otro camino. Muchos no podrán cumplir sus sueños, pero por Fe, seguro cumplirán sus destinos, la voluntad de Dios. ¿Que sería de nuestro mundo sin la perseverancia del espíritu humano? Donde estaríamos si todos renunciáramos a la primer señal en contra?

Dios tiene le control de absolutamente todo. Puedo afirmar con toda seguridad, que no hay cosa que Dios no sepa. Y todo, lo hace con una razón especifica. Cuando nosotros tenemos Fe, tenemos acceso a lo que no se ve, a lo sobrenatural. La Fe abre más puertas que la fuerza de miles de hombres. Es por Fe que David siendo un pequeño pastor, termino con Goliat el gigante. Es por Fe que Moisés, libero s su pueblo de Faraón. Es por Fe que a lo largo de la historia, hombres y mujeres comunes se han hecho inmortales.

La escritura dice: “Entonces sus discípulos despertaron a Jesús, diciéndole: ¡Señor sálvanos! Nos estamos hundiendo! El entonces les contesto: ¿por qué tanto miedo? ¡Que poca Fe tienen ustedes!.” Mateo 8:25,26.


domingo, 17 de julio de 2011

No es Chiste...


En estos últimos años, he conocido la crueldad en los hombres, crueldad que no conocía de cerca. Cuando salgo a la calle, percibo a la gente desesperada, enojada, peleando unos contra otros. Veo a las personas en contra, divididas, hablando mal de sus semejantes. La intolerancia esta a la vuelta de la esquina, todos pelean por tener la razón, hay chisme, intriga, parece que el mundo se ha vuelto ¡loco! A una amiga de Marichu circulando en su camioneta por las calles de la colonia Roma, otro auto le pego por detrás. Las calles en esa zona son angostas por lo que cualquier cosa puede detener la circulación. Como es natural la amiga de Marichu se bajo del auto a darle solución al accidente, hablarle al seguro, etc. Sorpresa se llevo al ver la hostilidad de la gente que le gritaba e insultaba que se quitara y no tan solo eso, ¡un hombre se bajo a jalonearla del brazo gritandole una serie de insultos! ¿Mencione que está embarazada? Asustada, no tuvo mas remedio que alejarse y olvidar el accidente. ¿Dónde ha quedado la humanidad en las personas? Donde ha quedado la decencia? Donde esta la educación? Que paso con la caballerosidad de los hombres al ver a una mujer en problemas?

Recientemente escuche un chiste que en lugar de riza me hizo reflexionar, dice así: Un domingo en una iglesia, explota el sistema eléctrico. Al disiparse el humo, Satanás mismo se encontraba parado en centro del podium. Al verlo, la gente sale corriendo aterrorizada, todos menos una señora. Al verla Satanás le pregunta “Señora, sabe usted quien soy yo?” la señora le responde, “claro que lo se”, el diablo sigue, “y no me tiene usted miedo?” a lo que la señora le responde, “en lo mas mínimo” el diablo le contesta, “porque?”, a lo que la Sra. le contesta, “porque habría de tenerlo? he estado casada con tu hermano desde hace 30 años!”. Parece que todos tenemos un esposo, una esposa, un hermano, una hermana, un primo, un amigo etc., todos hermanos de Satanás!

La escritura viviente los explica así:

“También debes saber que en los tiempos últimos vendrán días difíciles. Los hombres serán egoístas, amantes del dinero, orgullosos y vanidosos. Hablaran en contra de Dios, desobedecerán a sus padres, serán ingratos y no respetarán nada. No tendrán cariño ni compasión, serán chismosos, no podrán dominar sus pasiones, serán crueles y enemigos de todo lo bueno. Serán traidores y atrevidos, estarán llenos de vanidad y buscaran sus propios placeres en vez de buscar a Dios”. 2 Timteo 3:1-4.

Me llama la atención que dice “en los tiempos últimos”, se refiere a momentos que la situación ya no puede prevalecer más; se avecina el fin de un periodo. Triste es saber que es el hombre quien cava su propia tumba. Si insistimos en actuar así, nadie mas que nosotros vamos a sufrir las consecuencias. No podemos esperar un destino diferente si actuamos con maldad en nuestros corazones. En tiempos bíblicos, uno de los imperios más importantes para el hombre, el imperio Romano, termino por consumirse en violencia y corrupción. Tal ha sido el destino de muchas naciones más pues escrito esta:

“Pero no contentos de su error de no conocer a Dios, viven los hombres en una espantosa guerra causada por la ignorancia “y a tan terribles males llaman paz! Sabiduría 14:22.

Teniendo plena conciencia sobre la época que vivimos, sabemos que precisamente cuando la noche es más obscura, está a punto de amanecer. Cuando las cosas han llegado a un punto intolerable, están a punto de mejorar. En nuestro articulo anterior, mencionamos que el cambio inicia en nosotros, que el ejemplo debe iniciar en nuestras propias familias. Es importante aprender sabiduría para saber vivir, para saber reclamar la bendición de Dios y ser buenas personas. Existimos personas que si queremos luchar por su la paz y felicidad, queremos rescatar nuestro matrimonio, que nos rehusamos a vivir en enfermedad, renunciamos a las crisis, queremos relaciones sanas, queremos voltear a Dios si no con un corazón limpio, con un corazón que esta en el camino, queremos actuar con orden, con humildad, con verdad, queremos dejar de mentir, queremos dejar de ser egoístas, queremos sacar la soberbia de nuestros corazones; queremos todo, absolutamente todo lo que Dios tiene reservado para nosotros!

Escrito esta:

“Cumple las ordenanzas de Dios, haciendo su voluntad y cumpliendo sus leyes, mandamientos, decretos y mandatos, según están escritos en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y donde quiera que vayas.” 1 Reyes 2:3.

Pensemos más detenidamente en “para que prosperes en todo…” ¿Que significa esto? Mucha gente piensa que la prosperidad se refiere a tener mucho dinero. Esto a causado un gran daño a la humanidad, es por esto que estamos sumidos en la que podría ser la mayor crisis económica en la historia del hombre. La prosperidad de Dios se refiere a todo. El quiere que seamos prósperos primero en nuestro espíritu, que seamos ricos en Su palabra y en Su sabiduría, ¡automáticamente seremos ricos en todas las áreas de nuestras vidas! seremos ricos en nuestras relaciones, con nuestras esposas y esposos, con nuestros hijos, con los demás, en nuestros negocios, en nuestra salud, en nuestra economía, en todo lo que emprendamos… El quiere que tengamos éxito en absolutamente todo. Pero todo tiene un orden y un orden divino. Para prosperar en todo primero tenemos que prosperar en nuestro espíritu, en los valores espirituales y divinos que nos convierten en dignos administradores de la provisión de Dios. El dinero es simplemente un producto colateral.

La promesa de Dios para nuestras vidas viene como resultado del buen comportamiento, en la buena conducta para con El y nuestros semejantes. Para esto ¡necesitamos sabiduría, serenidad y valor! Si nosotros honramos a Dios, si honramos a nuestros padres, si no mentimos, si no robamos, si no matamos, si no andamos en chismes e intrigas, si no nos corrompemos, irremediablemente nos va a ir mejor. Por que las buenas maneras siempre, siempre traen bendición. “La ley del bumerang” como se escucha en los hombres.

La escritura viviente lo ordena así:

“No roben. No mientan y se engañen unos a otros. No hagan falsas promesas en mi nombre, pues profanas el nombre de tu Dios. Yo soy el señor. No uses la violencia de tu prójimo ni le arrebates lo que es suyo. No retengas la paga del trabajador hasta el día siguiente. No maldigas al sordo. No pongas tropiezo en el camino del ciego. Muestra tu reverencia a Dios. Yo soy el Señor. No actúes con injusticia cuando dictes sentencia: Ni favorezcas al débil, ni te rindas ante el poderoso. No andes con chismes entre tu gente. No tomes parte en el asesinato de tu prójimo. Yo soy el Señor. No abrigues odio contra tu hermano. Reprende a tu prójimo cuando debas reprenderlo. No te hagas cómplice de su pecado. No seas vengativo ni rencoroso con tu propia gente. Ama a tu prójimo, que es como tu mismo. Yo soy el señor, pon en practica mis leyes”. Levítico 19:11-18

¿Cómo serían nuestros gobernantes aplicando estos preceptos? Nuestros jueces? Nuestra policía? Nuestros sistemas legales? Nuestros sistemas económicos? La humanidad en general como sería? las sociedades? Nuestros amigos como actuarían? nosotros mismos? Nuestros hijos? Los amigos de nuestros hijos? Los maestros de las escuelas? Todo sería muy diferente! Pues podemos comenzar, podemos comenzar en nosotros, en nuestras familias y en nuestros hijos. Nunca dejes de hacer algo cuando te fijes una meta. Comienza por hacer algo en este momento. Compra una Biblia, ve a un una buena iglesia basada en Ella y comienza por aprender. Recuerda que eres hijo del as más alto Dios y que como tal El es el mejor para enseñarte una vida con Rectitud. Comienza por aprender, siembra la semilla para que a su debido tiempo, ¡de buen fruto!

domingo, 10 de julio de 2011

¿Porque tanto problema...?


En el juego de la vida, a veces parece que las cosas están en contra nuestra. No tan solo eso a medida que crecemos, los problemas se incrementan en cantidad e importancia. Muchas personas cuando sentimos que nos esta “lloviendo sobre mojado”, tendemos a pensar que estamos siendo castigados. Que Dios es cruel en injusto con nosotros. Nada más lejos de la verdad. Los problemas son una señal de vida y tienen una razón de ser.

En la escritura viva dice: “Yo te purifique pero no como la plata, si no en el horno del sufrimiento”; Isa 48:10.

Esto nos enseña que es por medio del sufrimiento que nos perfeccionamos. Es decir, ¿como se adquiere la experiencia? como llegamos a la sabiduría? Como evolucionamos en cuerpo y espíritu? Que nos prepara para lo siguiente? La experiencia se adquiere por medio de la superación de los problemas y la sabiduría llega a nosotros cuando la experiencia no es suficiente. Cuando somos jóvenes, tendemos a creer que sabemos todo y que podemos con todo y normalmente rechazamos los consejos de los mayores, ya no decir de los ancianos a quienes no dedicamos tiempo. Es incalculable el sufrimiento que nos podemos ahorrar con la sabiduría detrás del consejo, pero esto no es posible hasta no haber adquirido la experiencia que viene por necedad. La experiencia es el resultado del buen juicio, que viene por la experiencia del mal juicio. ¿Cómo prevenimos un accidente automovilístico? Observando el camino a través del parabrisas del automóvil de enfrente. Lamentablemente muchos aprendemos esta lección de la manera difícil.

La palabra viviente lo dice así: “Jóvenes inexpertos, burlones y necios, ¿hasta cuando amaran la inexperiencia y hallaran placer en sus burlas y despreciaran el saber?” Proverbios 1:22.

Cuantas veces hemos escuchado el dicho “nadie experimenta en cabeza ajena”? La naturaleza humana parece ser así, es como cuando le decimos a un niño que no toque la banca pues tiene pintura fresca. Casi inevitablemente toca la banca. Si tan solo los problemas de un adulto fueran tan simples como una simple mancha de pintura.

A medida que crecemos, surgen problemas cada vez más complejos o multidimensionales que deben ser resueltos de igual manera. Una vez atrás, otros problemas surgen y después otros y así sucesivamente. Los problemas siempre van a  existir. Es un hecho de la vida y no los podemos evitar. Lo que si puedo afirmar con toda seguridad, es que si no se superan, los mismos problemas persistirán. En cambio si  los superamos, evolucionaremos y tendremos la oportunidad de prevenir os pasados y solucionar otros de mejor calidad o mayor complejidad. Podremos afirmar, ¡los problemas no tienen fin! Y es así, para la experiencia humana. Digamos que son la semilla que dará el fruto de la experimentación y sabiduría.

Bajo el orden preestablecido de las cosas, orden que hemos establecido los humanos, existe un gran riesgo de que los problemas nos acaben antes que los superemos. Hace no mucho tiempo conocí a un hombre con gran experiencia que lucho para superar los problemas inherentes a su negocio. Se esforzó empleando todo lo aprendido a lo largo de su vida. Sobra decir que nunca vio el fin del camino, nunca logro su sueño y su vida termino en la lucha.

SABIDURÍA Y EXPERIENCIA.

No es lo mismo sabiduría que experiencia. Sin minimizar el mérito a la experiencia, es de los seres humanos, de nuestros padres, de nuestros abuelos, de las personas más experimentadas. La sabiduría la escuchamos de sabios, de maestros, de profetas, de Jesús y de Dios. Es como hablar del cuerpo físico y del espíritu. La experiencia contiene la limitación humana. La sabiduría trasciende toda experiencia. La sabiduría es y fue antes de la experiencia. La gente de mayor edad, al llegar a los confines de su experiencia, se vierte al aprendizaje de la sabiduría para seguir evolucionando. Podríamos decir que la sabiduría viene por experiencia, pero también es antes que la experiencia, durante y después. ¿Porque la sabiduría es, a sido y siempre será? Porque es de Dios, es sobrenatural.

Los grandes lideres espirituales de este mundo han enseñado sabiduría, no experiencia. Buda, Confucio, El Dalai Lama, Deepak Chopra, Wayne W. Dyer, entre otros muchos, muchos maestros nos recuerdan el orden real de las cosas y es curioso como todos hacen referencia a la sabiduría original, a la sabiduría de Dios y Jesús Cristo. La sabiduría de Dios es perfecta en todo sentido y supera toda experiencia del hombre pues es sobrenatural. El hombre lidia con sus problemas, los supera y sigue adelante. La sabiduría previene, lidia y resuelve todo, en presente, pasado y futuro. Tiene que ver con lo físico y lo espiritual. Es robusta y agradable, es solo positiva, es divina y es fácil de emplear. Lo único que impide que los seres humanos la adopten, es la soberbia y la impaciencia.

En el libro de Proverbios, la escritura viviente lo explica así: “Tiene como propósito comunicar sabiduría e instrucción, ayudar a comprender palabras llenas de sentido, adquirir instrucción, prudencia, justicia, rectitud y equilibrio, hacer sagaces a los jóvenes inexpertos y darles conocimiento y reflección”. Prov 1: 2-4.

Tan solo el mencionar las palabras: Justicia, rectitud, reflexión y prudencia, ya hablan de algo mucho más profundo. Nosotros los humanos los conocemos como principios. Los principios son precisamente eso, son el principio; en este caso el principio de nuestro comportamiento, de nuestra conducta. Los principios divinos tienen el fin sellar nuestro camino con abundancia y el favor de Dios, desde el inicio. Pues la sabiduría de Dios es para que se cumpla su voluntad para con nosotros sus hijos, para que tengamos una vida prospera en todo sentido, llenos de salud y abundancia en espíritu y economía para lograr transcender la vida misma, cosa que la experiencia humana no puede lograr.

Es importante reflexionar que el resultado de nuestra falta de sabiduría nos ha traído las crisis económicas, las guerras, las hambrunas, la pobreza, las enfermedades, la violencia, la corrupción, la desintegración familiar, la adicción al alcohol u otras drogas, a adicción a comportamientos destructivos, la violencia familiar, la infidelidad, el divorcio, el trafico de drogas, la deforestación, la extinción de las especies, el suicidio, el homicidio, el genocidio, la represión, la rebelión, la alteración de los ecosistemas, el cambio climático, el hoyo en la capa de ozono y un sin fin de cosas más que solo parecen agravarse en lugar de solucionarse. Si no comenzamos a aceptar la falta de sabiduría en nuestras decisiones, bueno, es de creencia popular que “los humanos son la única especie capaz de su autodestrucción”.

¿Como solucionar problemas tan complejos? Todos podemos hacer algo, todos podemos poner nuestro grano de arena, ¿cómo? Iniciando por nosotros mismos, en nuestras decisiones concientizar primero que opinaría Dios? Que diría Jesús de nuestras decisiones? Estamos actuando con humildad? Justicia? Con verdad? Ponemos las necesidades en segundo termino? A quienes afectamos con nuestras decisiones? Vemos por el bien común? Perdonamos a los que nos ofenden? Damos de lo nuestro a los mas necesitados? Somos procuradores de la paz? Tenemos conciencia sobre nuestro planeta? Tenemos conciencia que todo es provisión de Dios? Tenemos conciencia que nos somos dueños de nada? Que tan solo somos administradores? Cuando nos vamos a dar cuenta que nada es nuestro? ¡Tan solo somos administradores de lo que Dios nos da!

Jesús vino al mundo a voltear los valores del hombre al revés. Pues vino a servir en lugar de a gobernar y sus enseñanzas contuvieron gran sabiduría. Los hebreos esperaban un Mesías fuerte y violento que los librara de la tiranía de los Romanos pero Jesús no fue ese tipo de Mesías. Jesús trajo enseñanzas de amor, compasión, con verdad y vino a liberar nuestras almas de la cárcel en la que nosotros mismos nos hemos metido. Nuestros pensamientos y comportamientos han obstaculizado las bendiciones de Dios para con nosotros, provocándonos carencia, pobreza, enfermedad, división entre nosotros, entre familias, cada vez más padres y madres solteras, riña entre padres e hijos y en general sobrevivir en lugar de vivir disfrutando de las bendiciones que Dios nos ha prometido.

La palabra viviente lo explica de la siguiente manera:

“Los discípulos discutieron sobre cual de ellos debía ser considerado el más importante. Jesús les dijo: Entre los paganos, los reyes gobiernan con tiranía a sus súbditos y a los jefes se les da el titulo de benefactores. Pero ustedes no deben ser así. Al contrario, el más importante entre ustedes debe hacerse como el más joven y el que manda tiene que hacerse como el que sirve”. Lucas 22:24-26.

Es interesante como los discípulos “discutieron” entre ellos por posiciones de poder. Riñeron entre ellos pues se sentían con derecho. Es importante que nos demos cuenta que toda provisión viene de Dios y para ser merecedor, primero nos tenemos que ser humildes.

La palabra viviente lo describe as: “Humíllense delante del Señor y El los enaltecerá,” Santiago 4:10.

En economía de problemas y decepciones, cuando comenzamos a ejercer nuestro derecho a tal o cual cosa, nos convertimos en jueces y ya hemos dado nuestro veredicto. Se nos olvida que la humildad viene antes que todo derecho y si nos concentramos primero en agradar a Dios, veremos el resultado de este principio divino y seremos libres principalmente de toda atadura de soberbia. Nuestra alma libre como es la promesa de Jesús más nuestro ego quedará sin poder sobre nosotros. ¿Acaso no es nuestro ego la razón de nuestros males?

Así pues, comencemos por pedir la sabiduría para comenzar a pensar y actuar sin egolatría ni soberbia. Siempre buscando en primer lugar lo que es agradable para Dios y así convertirnos en dignos hijos suyos, en mejores hombres y mujeres, en mejores esposos y esposas, en mejores padres, en mejores hermanos, en mejores amigos, en mejores consejeros, en mejores ciudadanos y mejores seres humanos. Comencemos por ser humildes, rectos, justos, actuemos con verdad, con compasión, con amor y siempre con la palabra de Dios, con la sabiduría divina que tiene promesa para con nosotros; hagamos nuestra parte con fe, cerremos la puerta al maligno, a los defectos, a la soberbia, al egoísmo, a la ira, a la injusticia, a la división entre las personas, a la infidelidad, a la violencia, a la mentira, a la pereza y así, evitar caer en nuestra propia trampa. Seamos como Dios quiere que seamos, felices, jubilosos, prósperos, sanos, que gocemos de sus bendiciones, de su gracia con la familia, con los amigos, que tengamos paz, que edifiquemos, que evolucionemos en cuerpo y espíritu, que demos fruto a nuestro tiempo y que nos demos cuenta que siempre ha estado, esta y estará con nosotros, en todo momento por muy difícil que sea la situación, que confiemos en El y que veamos el milagro de su reino en nuestras vidas, por fe, en el nombre de Jesús.