domingo, 17 de julio de 2011

No es Chiste...


En estos últimos años, he conocido la crueldad en los hombres, crueldad que no conocía de cerca. Cuando salgo a la calle, percibo a la gente desesperada, enojada, peleando unos contra otros. Veo a las personas en contra, divididas, hablando mal de sus semejantes. La intolerancia esta a la vuelta de la esquina, todos pelean por tener la razón, hay chisme, intriga, parece que el mundo se ha vuelto ¡loco! A una amiga de Marichu circulando en su camioneta por las calles de la colonia Roma, otro auto le pego por detrás. Las calles en esa zona son angostas por lo que cualquier cosa puede detener la circulación. Como es natural la amiga de Marichu se bajo del auto a darle solución al accidente, hablarle al seguro, etc. Sorpresa se llevo al ver la hostilidad de la gente que le gritaba e insultaba que se quitara y no tan solo eso, ¡un hombre se bajo a jalonearla del brazo gritandole una serie de insultos! ¿Mencione que está embarazada? Asustada, no tuvo mas remedio que alejarse y olvidar el accidente. ¿Dónde ha quedado la humanidad en las personas? Donde ha quedado la decencia? Donde esta la educación? Que paso con la caballerosidad de los hombres al ver a una mujer en problemas?

Recientemente escuche un chiste que en lugar de riza me hizo reflexionar, dice así: Un domingo en una iglesia, explota el sistema eléctrico. Al disiparse el humo, Satanás mismo se encontraba parado en centro del podium. Al verlo, la gente sale corriendo aterrorizada, todos menos una señora. Al verla Satanás le pregunta “Señora, sabe usted quien soy yo?” la señora le responde, “claro que lo se”, el diablo sigue, “y no me tiene usted miedo?” a lo que la señora le responde, “en lo mas mínimo” el diablo le contesta, “porque?”, a lo que la Sra. le contesta, “porque habría de tenerlo? he estado casada con tu hermano desde hace 30 años!”. Parece que todos tenemos un esposo, una esposa, un hermano, una hermana, un primo, un amigo etc., todos hermanos de Satanás!

La escritura viviente los explica así:

“También debes saber que en los tiempos últimos vendrán días difíciles. Los hombres serán egoístas, amantes del dinero, orgullosos y vanidosos. Hablaran en contra de Dios, desobedecerán a sus padres, serán ingratos y no respetarán nada. No tendrán cariño ni compasión, serán chismosos, no podrán dominar sus pasiones, serán crueles y enemigos de todo lo bueno. Serán traidores y atrevidos, estarán llenos de vanidad y buscaran sus propios placeres en vez de buscar a Dios”. 2 Timteo 3:1-4.

Me llama la atención que dice “en los tiempos últimos”, se refiere a momentos que la situación ya no puede prevalecer más; se avecina el fin de un periodo. Triste es saber que es el hombre quien cava su propia tumba. Si insistimos en actuar así, nadie mas que nosotros vamos a sufrir las consecuencias. No podemos esperar un destino diferente si actuamos con maldad en nuestros corazones. En tiempos bíblicos, uno de los imperios más importantes para el hombre, el imperio Romano, termino por consumirse en violencia y corrupción. Tal ha sido el destino de muchas naciones más pues escrito esta:

“Pero no contentos de su error de no conocer a Dios, viven los hombres en una espantosa guerra causada por la ignorancia “y a tan terribles males llaman paz! Sabiduría 14:22.

Teniendo plena conciencia sobre la época que vivimos, sabemos que precisamente cuando la noche es más obscura, está a punto de amanecer. Cuando las cosas han llegado a un punto intolerable, están a punto de mejorar. En nuestro articulo anterior, mencionamos que el cambio inicia en nosotros, que el ejemplo debe iniciar en nuestras propias familias. Es importante aprender sabiduría para saber vivir, para saber reclamar la bendición de Dios y ser buenas personas. Existimos personas que si queremos luchar por su la paz y felicidad, queremos rescatar nuestro matrimonio, que nos rehusamos a vivir en enfermedad, renunciamos a las crisis, queremos relaciones sanas, queremos voltear a Dios si no con un corazón limpio, con un corazón que esta en el camino, queremos actuar con orden, con humildad, con verdad, queremos dejar de mentir, queremos dejar de ser egoístas, queremos sacar la soberbia de nuestros corazones; queremos todo, absolutamente todo lo que Dios tiene reservado para nosotros!

Escrito esta:

“Cumple las ordenanzas de Dios, haciendo su voluntad y cumpliendo sus leyes, mandamientos, decretos y mandatos, según están escritos en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y donde quiera que vayas.” 1 Reyes 2:3.

Pensemos más detenidamente en “para que prosperes en todo…” ¿Que significa esto? Mucha gente piensa que la prosperidad se refiere a tener mucho dinero. Esto a causado un gran daño a la humanidad, es por esto que estamos sumidos en la que podría ser la mayor crisis económica en la historia del hombre. La prosperidad de Dios se refiere a todo. El quiere que seamos prósperos primero en nuestro espíritu, que seamos ricos en Su palabra y en Su sabiduría, ¡automáticamente seremos ricos en todas las áreas de nuestras vidas! seremos ricos en nuestras relaciones, con nuestras esposas y esposos, con nuestros hijos, con los demás, en nuestros negocios, en nuestra salud, en nuestra economía, en todo lo que emprendamos… El quiere que tengamos éxito en absolutamente todo. Pero todo tiene un orden y un orden divino. Para prosperar en todo primero tenemos que prosperar en nuestro espíritu, en los valores espirituales y divinos que nos convierten en dignos administradores de la provisión de Dios. El dinero es simplemente un producto colateral.

La promesa de Dios para nuestras vidas viene como resultado del buen comportamiento, en la buena conducta para con El y nuestros semejantes. Para esto ¡necesitamos sabiduría, serenidad y valor! Si nosotros honramos a Dios, si honramos a nuestros padres, si no mentimos, si no robamos, si no matamos, si no andamos en chismes e intrigas, si no nos corrompemos, irremediablemente nos va a ir mejor. Por que las buenas maneras siempre, siempre traen bendición. “La ley del bumerang” como se escucha en los hombres.

La escritura viviente lo ordena así:

“No roben. No mientan y se engañen unos a otros. No hagan falsas promesas en mi nombre, pues profanas el nombre de tu Dios. Yo soy el señor. No uses la violencia de tu prójimo ni le arrebates lo que es suyo. No retengas la paga del trabajador hasta el día siguiente. No maldigas al sordo. No pongas tropiezo en el camino del ciego. Muestra tu reverencia a Dios. Yo soy el Señor. No actúes con injusticia cuando dictes sentencia: Ni favorezcas al débil, ni te rindas ante el poderoso. No andes con chismes entre tu gente. No tomes parte en el asesinato de tu prójimo. Yo soy el Señor. No abrigues odio contra tu hermano. Reprende a tu prójimo cuando debas reprenderlo. No te hagas cómplice de su pecado. No seas vengativo ni rencoroso con tu propia gente. Ama a tu prójimo, que es como tu mismo. Yo soy el señor, pon en practica mis leyes”. Levítico 19:11-18

¿Cómo serían nuestros gobernantes aplicando estos preceptos? Nuestros jueces? Nuestra policía? Nuestros sistemas legales? Nuestros sistemas económicos? La humanidad en general como sería? las sociedades? Nuestros amigos como actuarían? nosotros mismos? Nuestros hijos? Los amigos de nuestros hijos? Los maestros de las escuelas? Todo sería muy diferente! Pues podemos comenzar, podemos comenzar en nosotros, en nuestras familias y en nuestros hijos. Nunca dejes de hacer algo cuando te fijes una meta. Comienza por hacer algo en este momento. Compra una Biblia, ve a un una buena iglesia basada en Ella y comienza por aprender. Recuerda que eres hijo del as más alto Dios y que como tal El es el mejor para enseñarte una vida con Rectitud. Comienza por aprender, siembra la semilla para que a su debido tiempo, ¡de buen fruto!

No hay comentarios:

Publicar un comentario