lunes, 31 de octubre de 2011

El Poder en tus palabras...


“Del fruto de su boca el hombre comerá el bien…” Proverbios 13:2

Hoy les quiero hablar del poder que tienen nuestras palabras. Es muy importante que cada día pongamos extremo cuidado con lo que afirmamos con nuestras bocas; con lo que decimos. Si queremos tener una vida de éxito y de bendiciones no podemos estar maldiciendo nuestras vidas. Muchos de nosotros prejuzgamos y criticamos a nuestra ciudad, a nuestros gobernantes, a nuestras parejas, a nuestros esposos(as), a nuestros hijos, a nuestros amigos, a las personas en general y nuestra situación en particular. Cuando los maldecimos, les deseamos el mal que nos causa discordia en un principio. No nos damos cuenta que en realidad estamos orando porque la situación no cambie. Por el contrario, si queremos que nuestra situación mejore, tenemos que comenzar por decretar lo positivo, tenemos que “bendecir” (bien-decir) con éxito nuestras vidas, tenemos que declarar que las cosas mejorarán, que tenemos el favor de Dios y que El aún esta en el trono y que lo que parece imposible para nosotros El le puede dar la vuelta sin importar las circunstancias.

¿Cuantas personas no conocemos que maldicen todo a su alrededor? Hablan mal de sus seres queridos, de sus esposas, esposos, amigos, maestros y de sus jefes… Muchos son los que hablan mal de sus padres. De seguro les digo, que lo que digan será realidad. No, por el contrario, debemos decretar lo bueno y no lo malo. Inclusive desde un punto de vista científico, si nosotros mal decimos nuestro entorno y a las personas que nos rodean, educamos a nuestras mentes a siempre estar buscando lo malo en todo y eso nos hace expertos en pesimismo. No, nuestra actitud debe ser la contraria, debemos buscar lo bueno en todo, meditándolo y decretándolo con nuestra boca: Si nuestra pareja nos deja decir: “Hay alguien mejor para mi; si nuestros padres se marchan, Dios ha dicho que aunque eso pase El nunca me abandonará, si no obtenemos ese trabajo es porque hay algo mejor para nosotros… Siempre, siempre, siempre, decretar lo bueno con nuestras bocas…

En el libro de Proverbios dice: “Cosecharemos el fruto de nuestras palabras…” Si hablamos de lo mal que esta nuestra relación, nuestro matrimonio, de que si los hijos no obedecen, de que si nuestro jefe nos trata mal, que si la economía esta muy mal, que si la violencia en nuestro país va de mal en peor, solamente estamos alimentando esos malos pensamientos y construimos un mundo negro en nuestros corazones. No, por el contrario, decretemos que nuestra relación se restaurará y que si no es así, es porque vendrá una mejor, que nuestro matrimonio renacerá, que nuestros hijos nos enorgullecerán, que Dios tiene en puerta un mejor trabajo para nosotros, que nuestra economía no depende de la crisis sino de ¡Dios quien es nuestro proveedor!

Conozco una persona que a ojos de los demás tiene todo. Una familia, un trabajo, dinero y salud. Pero en su mente, todo esta mal. No es suficiente lo que tiene, su familia no es como la que quisiera, su trabajo es injusto y sufre de varias enfermedades. Irremediablemente, esta persona vive esa realidad, vive en constante negatividad. En su mundo interno, vive en total carencia; carencia que otros verían como una bendición en sus vidas…

“El que menosprecia la palabra se arruinará…” Proverbios 13:13.

No desechen este simple principio. Toda situación por mala que sea puede ser vista por dos lados. Claro, muchas veces el dolor y la decepción son abrumadores, pero tengamos Fe que Dios esta en control de nuestras vidas y que El tiene el poder para revertirla. Muchos no sabemos porque nos suceden ciertas cosas, hasta que en el futuro sucede algo que da sentido al pasado. Y queramos o no, se cumplirán las promesas que Dios tiene para nosotros. Dios ha dicho que nuestras perdidas las pagará al doble… Dios es fiel y cumplirá todas sus promesas, lo único que necesitamos es Fe. Cada una de nuestras perdidas necesitan ser para dar paso a la restauración, a lo nuevo… son porque algo mejor esta en puerta. Nunca, en mis pocos años, he visto que una persona no recobre lo que ha perdido. Tal vez no de la manera que esperamos los seres humanos y esto es porque muchas veces lo que queremos no es lo que necesitamos y Dios sabe aun antes que nosotros nuestras necesidades. Si perdemos un padre, nos da otro en otra persona. Si perdemos un hijo, nos resarce de alguna manera. Si perdemos un trabajo, nace una empresa o una mejor oportunidad. Si perdemos nuestra casa, es porque Dios nos llevará a un lugar mejor.

Todo, absolutamente todo tiene una razón de ser. Cuando me enteré que mi padre sufría de un tipo de cáncer incurable y mortal, pensé que el mundo se me iba  acabar. Hicimos lo imposible por salvarle la vida pero era tiempo de que mi padre partiera. Todo el proceso hasta que mi padre subió con el Señor, fue una de las pruebas más fuertes que he tenido que superar. Pero tiempo después, me di cuenta que la perdida de mi padre me preparo para lo vendría más adelante. Ingenuamente, lo que me enseño fortaleza, paciencia y valor, fue su partida. Fortaleza, paciencia y valor que no tenía antes. Nunca hice conciencia de esa enseñanza hasta que se presento el momento indicado y solo entonces, pude pasar a otra etapa en mi vida. Muchas veces las cosas suceden para enseñarnos de lo que estamos hechos y podamos ejercerlo con seguridad en el futuro. De no haber sido por lo vivido en la muerte de mi padre, no sabría de lo que soy capaz. De ahí que “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece… “

“En la boca del insensato hay una vara para su espalda, pero a los sabios los protegen sus labios…” Proverbios 14:3

Desde tiempos antiguos, por medio de su palabra el ser humano ha decretado buenos y malos deseos a sus semejantes… Cuando decimos en la modalidad de chisme que nuestra pareja es infiel, lo “mal-decimos”. Por ignorancia decretamos aquello que tememos; es decir, utilizamos nuestra Fe a la inversa. Aunque no sea cierto, en nuestro mundo interno lo será y nos comportaremos tal cual. Al poco tiempo, nosotros mismos habremos atraído esa situación a nuestras vidas. Claro que hay otras situaciones que no es así. Pero es muy importante que siempre pensemos antes de hablar, nuestras palabras tienen el poder de cambiarlo todo.

“Así será mi palabra que sale de mi boca, no volverá a mi vacía, sino que hará lo que yo quiero y será prosperada en aquellos para que la envíe”. Isaías 55:11

Hay un manera de decir cosas positivas de una forma negativa. Se cumplirá la negativa. Por ejemplo, si decimos: “No me quiero enfermar”, seguro que nos enfermamos. Es porque nuestro inconsciente o en El Reino de Dios, se escuchan 3 palabras: “me quiero enfermar” y una “no”. Por lógica se cumplirá lo que tiene mayor fuerza emocional. Es decir, tres palabras contra una, un “no”, aislado. Eso nos funcionará a la inversa. Si no queremos que algo nos suceda, afirmemos estrictamente lo contrario y con lenguaje congruente en lo positivo, en lugar de mandar señales encontradas. “No me quiero enfermar” manda señales en contra… Lo contrario en afirmativo sería, “estoy y estaré perfectamente sano”. Inclusive, esta probado científicamente que si sacamos de nuestro vocabulario palabras como miedo, “no puedo”, “no soy”, enfermedad, depresión, ansiedad, dolor, sufrimiento y cualquier palabra con poder negativo, no podrá manifestarse en nuestras vidas. Si no queremos que algo negativo nos suceda, tenemos que declarar en oración el resultado final. Y de ninguna manera, si quiera mencionar esa palabra que puede abrir la puerta a la posibilidad. Saquemos de nuestro vocabulario todas las palabras que tememos… De nuestro vocabulario y de nuestras mentes. Todas. Hagamos una lista y un ejercicio diario consciente de no repetirlas siquiera en nuestro pensamiento. Al principio nos contará trabajo, pero al cabo de un tiempo, nos será más fácil pensar positivamente.

En el libro de Job, versículo 3:25 dice: “El miedo que presentía , me ha sobrevenido, lo que me daba terror me ha acontecido”.

Cuando el doctor nos da un mal pronostico, tendemos a no pensar en nada más que en el mal que nos acontece. Y tendemos ha hablar de lo malo de la situación constantemente. Estamos alimentando lo negativo con gasolina de alto octanaje. Tenemos que acostumbrar a nuestras mentes a declarar lo contrario de manera positiva: “Tengo otro diagnostico y es lo que Dios dice que: que soy sano, que soy fuerte, que soy bendecido, que tengo Su favor y que El es mi sanador, El es mi proveedor.... encontremos y leamos en voz alta sus promesas. El corredor de bicicletas Louis Armstrong, al recibir el diagnostico de cáncer se propuso diariamente ser un hombre sano y no tan solo eso, sino que iba a ganar el Tour de Francia. Su decreto se volvió realidad varias veces y aún sigue con nosotros. Todos conocemos esa historia.

Cuando Jesús vivió como mortal en la tierra, al hacer sus milagros los decretaba con la boca. Y la gran mayoría de las veces, los demás la decretaban y El solo les decía: “Hágase conforme a tu Fe…”

Si tenemos esta actitud, la vida se nos hará más liviana, más hermosa. Las cosas comenzarán a mejorar pero para que eso suceda, tienen que mejorar primero en nuestras mentes. Tenemos que visualizar el punto donde queremos estar. Rodearnos de cosas de cómo queremos estar. Hablar como si ya lo hubiéramos recibido y dar gracias... Decir: “Dios Padre, gracias porque ( y decir en oración la promesa que corresponda a nuestra necesidad). ¿Por qué creen que la oración se llama así? Porque se refiere a orar en voz alta, no es tan solo en nuestras mentes, sino decretarlo con nuestra boca. Y por último nunca dejar de hacer algo en consecuencia. La Fe sin acción es una Fe muerta. No quedarnos con los cables pegados en lo negativo, No. Por el contrario, pensar incasablemente, como un niño soñar y pedirle a nuestro Padre que esta en el cielo, lo que queremos. De ahí, hacer algo, lo que sea, encaminados a eso que hemos solicitado...

lunes, 24 de octubre de 2011

Cambia tu Sistema Operativo...


SOY HEREDERO DE DIOS Y COHEREDERO CON CRISTO

“Así que ya no eres esclavo, sino hijo, y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo”. Gálatas 4:7.

A muchos nos cuesta comprender esta profunda verdad. Supongamos que al morir, nuestros padres nos dejan una gran herencia que incluyen bienes muebles, inmuebles, dinero, joyas y títulos. Creemos que por haber recibido esta herencia tendremos una vida más cómoda, más relajada y tendremos la libertad de hacer cosas que antes no podíamos. Sin embrago sabemos, que la vida tal como la conocemos no cambia, lo que cambia somos nosotros por la herencia que hemos recibido.

Así es precisamente cuando reclamamos la herencia de Dios para con nosotros. Todos los seres humanos tenemos necesidades que abastecer. No importa si somos de México, de EEUU, África o la India, nuestras necesidades son básicamente las mismas. Así mismo nuestros problemas, algunos en mayor o menor medida, son los mismos. Desde que nacemos hasta que morimos, sufrimos una serie de perdidas. Esas perdidas son lo que nos ha llevado a vivir en esclavitud. De ahí las diversas enfermedades emocionales del ser humano, la depresión, la ansiedad, la adicción al alcohol u otras drogas y otro tipo de comportamientos destructivos: la adicción al trabajo, al dinero, al sexo, etc. El actor detrás del telón de todo esto el miedo, el temor. Miedo a perder lo que tenemos, miedo a perder la vida, a nuestros hijos, nuestro trabajo, nuestra economía, a no ser amado, a no ser suficiente, a no ser aceptado en un circulo social, a no tener dinero, al ridículo, a perder nuestra pareja, nuestro esposo(a), a perder nuestro matrimonio, a perder la salud, etc. Detrás de toda perdida imaginaria o real, esta el miedo. Y si somos un poco más específicos, es el miedo a sentir dolor en alguna de sus formas. El miedo al rechazo por ejemplo es por el dolor que sentimos al sentirnos rechazados. Y asi en cada uno de los casos. Es irónico que el miedo nos haga sentir dolor por la posibilidad de llegar a sentir dolor. Es decir, el miedo nos hace sentir por adelantado lo que ilusionamos poder llegar a sufrir...

Esta es la esclavitud de la que nos libera Dios por medio de Cristo. Muchos de nosotros hemos escuchado sus promesas para con nosotros, y básicamente, son para cada una de nuestras perdidas. Esto es muy importante. Para cada una de nuestras perdidas hay VARIAS promesas. Si pensamos detenidamente, podremos darnos cuenta que Dios nunca deja nada sin resolver. El es fiel aunque nosotros no lo seamos. Cuando se va un padre, llega otro, cuando se va un hijo o dos o tres, llegan otros, Dios nunca, nunca nos deja colgando. Pero no es suficiente que lo sepamos, lo realmente indispensable aquí es que de alguna manera programemos nuestro cerebro a siempre estar pensando en la gracia, el favor y las promesas de Dios. Lo que tenemos que lograr, es borrar nuestro actual sistema operativo e instalar uno nuevo que incluya el reino de Dios en toda su magnificencia.

El sistema operativo de Dios incluye un camino, una instrucción y un resultado para todo. No es de sabios saber que tendremos éxito, siempre y cuando llevemos a cabo la programación adecuada en nuestros corazones. A lo largo de todo el día, nuestras mentes no paran de funcionar. Diversos estudios señalan que nos decimos aproximadamente 60 mil pensamientos por minuto. Si el día tiene 24 hrs., nuestras cabezas generan aproximadamente 55,600,000 pensamientos al día excluyendo las ocho horas diarias que en teoría pasamos dormidos. ¿Pero que pasa si la gran mayoría de esos pensamientos están motivados por las perdidas, el dolor y el miedo? Tan solo un día sería trágico. Así no nos haya sucedido nada, tan solo pensar así diariamente, nos mata todos los días.

Dios nos dice que nuestra palabra tiene poder y que lo que digamos, eso es lo que cosecharemos. También nos dice que lo que sale de nuestras bocas es lo que tenemos en nuestros corazones. Por lo que si decimos que nuestra vida es un desastre, estamos mostrando una radiografía de nuestro corazón. Por esto es indispensable tener mucho cuidado con lo que alimentamos nuestras mentes. Si todo el día estamos pensando lo que hemos perdido y lo que podemos perder, que la vida no vale la pena y que no vamos a ser felices pues nunca lo hemos sido, sin duda te prometo que así será en tu corazón, inclusive aunque en la materialización no fuera así. Pero si por el contrario comenzamos a tener una actitud de victoria en lugar de víctima, por lo menos en la mayor parte de nuestro día y si pensamos que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece y que no importa lo que suceda, Dios no tan solo nos repondrá al doble lo que hemos perdido, sino que nos dará mucho más, entonces veremos como nuestras vidas comienzan a cambiar. De esto se trata reclamar la Herencia de Dios.

¿Pero como reprogramar nuestras mentes? Pongamos manos a la obra. La madre de toda destreza es la repetición. En todo: en los deportes, en la escuela y en el trabajo. La gente experta en algo lo es porque lo practica constantemente. Edison fallo 1000 veces antes de inventar el foco. No importa cuantas veces fallemos, "cada error es un paso más cercano al éxito". El momento ideal para acondicionar nuestros cuerpos es por la mañana. Es lo mismo con nuestras mentes y nuestros espíritus. Por la mañana después de despertar, nuestros cuerpos y mentes inician su funcionamiento después de una especie de "reset" (en especial en las emociones), que es el sueño. 

De acuerdo a lo que ustedes necesitan, elaboren una lista de promesas de Dios sobre su tema. Pueden ser promesas para sanidad, para prosperidad, de Fe o en contra del miedo, para la depresión, el desanimo, el abandono, la confusión, la debilidad, la muerte, etc., puede ser una necesidad personal o para un hijo, madre, padre, hermano, amigo, cuñado, lo que sea. Busquen cinco promesas para cada cosa. Debemos de saber porque tenemos derecho a obtener esas bendiciones y que es lo que esta escrito. Si es una enfermedad, si es pobreza, si es perdonar, sea lo que sea, hay promesa y liberación para todo.

Una vez que hayan encontrado lo que necesitan, anótenlas en un papel y pónganlas en el espejo del baño, cárguenlas en la bolsa o la cartera, colóquenlas en la puerta del refrigerador. Lo primero por la mañana es repetirlas como merolico. Por absurdo que suene y aunque en un principio no crean, háganlo. Lo primero que sucederá es que como lo dirán en voz alta, su subconsciente lo escuchará y a nivel cerebral, iniciara la reprogramación de nuestro inconsciente. Es decir, de nuestro sistema operativo. Tal como le hemos enseñado a estar pensando lo terrible de nuestras vidas y hemos logrado titularnos en la materia, hagamos exactamente lo mismo pero a la inversa.

Si nuestra necesidad es sobre un enfermedad, existen promesas en:

Éxodo 15:26, 23:25, Deuteronomio 7:15, Salmos 107:20, Proverbios 4:20-22, Proverbios 8:35, 16:22, 24, 18:21, Isaías 53:4,5 y Malaquías 4:2.

Si nuestra necesidad es sobre pobreza o prosperidad, existen promesas en:

Génesis 12:2, 26:12, Deuteronomio 8:18, 28:1-8, 11-13, Josue 1:8, Isaías 1:19, Joel 10:26, Malaquías 3:10,11, Eclesiastés 2:26, Marcos 10:29-30.

Si lo que necesitamos es creer o incrementar nuestra Fe:

Habacuc 2:4b, Romanos 1:17, Gálatas 3:11, Hebreos 10:38, 11:1, Mateo 21:21-22, 8-8b-10, 13, 15:27,28, Marcos 5:34, 9:23, Filemón 1:6.

Para vencer el temor y el miedo:

2 Timoteo 1:7, Romanos 8:15, 1 Juan 4:18, Salmo 91:1-16, Proverbios 3:24-26, Isaías 54:14, 17, Josue 1:9, 2 Crónicas 20:15,17, 32:7:8.

Hoy en día es casi imposible no encontrar recursos. La Internet es una esencial herramienta en este sentido. Para cualquiera que sea su necesidad, busquen la palabra de Dios y pónganla donde sus ojos la puedan ver constantemente. Repítanla en oración interminablemente, hasta que se la aprendan de memoria. Analicen sus palabras y verán que poco a poco esa mente tirana comienza a cambiar y nuestras cadenas se comienzan a liberar. El principio para comenzar a creer es hacer como que creemos. Al poco tiempo, nuestro sistema operativo entrara en crisis pues estamos desaprendiendo lo pasado, intercambiándolo con información nueva. Es igualmente irónico, cuando la nueva información fue escrita cientos y cientos y cientos de años antes de nuestra era.

Cada vez que escuchen su mente hablar con prejuicio y tiranía, deténganse y decreten en voz alta que tenemos el favor de Dios, que tenemos promesa de Dios en ese respecto y que es: “……….”. Tal como nos repetimos las cosas malas hay que hacer una hábito de repetirnos las cosas buenas. Una y otra vez, ¡una y otra vez! El efecto inmediato y lógico es sabiduría y paz… Si dejamos que nuestra mente corra sin control, simplemente nos dirá lo que nos entra por los ojos y los oídos, que en la mayoría de las veces son basura y chisme. Basta ver los medios de comunicación para saber porque nuestra mente esta atascada. Pero si por el contrario nosotros elegimos que pensar y decir, el resultado no se hará esperar, nos convertimos en personas libres de verdad. Pronto, los resultados se verán en el exterior pues nuestra vibración espiritual cambia y comienza a atraer lo que estamos sintiendo. Ese es el secreto. Tan solo perciban como un bebe que no sabe nada, siente cuando sus padres están bajo tensión por algún tema. El niño(a), no para de llorar y nos preguntamos “¿qué tiene?”. Es porque el bebe siente nuestra vibración espiritual. Los animales también. Pero por el contrario, cuando comenzamos a hidratar positivismo espiritualmente, tal como un murciélago lanza el sonar y espera que regrese con la información, así mismo, nuestras vibración espiritual regresará con la vibración correspondiente. Si pensamos negativamente, atraeremos negatividad. No tan solo eso. Transformaremos lo bueno en malo. Hemos visto como a personas que no están bien plantadas, cambian ante nuestro pesimismo. La buena noticia es que funciona exactamente igual, pero con una frecuencia espiritual positiva.

Sería tanto así como trabaja la mente de un niño. Un niño no piensa más que en cosas simples, hermosas y bonitas. Es así como tenemos que pensar. Nosotros no podemos cambiar las cosas pero en el momento que nosotros cambiamos internamente, las cosas comienzan a cambiar. No es psicología barata, es así como funciona la bendición y el favor. El que busca encuentra y si nuestra mente solo busca lo malo, siempre lo va a encontrar. Pero si por el contrario educamos a nuestras mentes a reclamar lo bueno, también así lo va a encontrar.

Uno de los genios de la transformación humana, Anthony Robbins, nos dice que inclusive ¡gritemos las cosas positivas!, como locos y con mucho énfasis en lo físico. ¿Acaso no es así como Dios nos dice que oremos? Con fuerza, ¡con fuego en el corazón! Todas las personas que vemos que han sobresalido en la vida, se les nota en su actitud. Parece que no tienen miedo… Y no es que no tengan problemas, los problemas son una señal de vida. No, es su actitud lo que cambia. Si siempre están lamentándose por sus perdidas, se quedarán estancados ahí. Pero cuando el valor y la Fe son la gasolina, percibimos en ellos algo que nosotros quisiéramos tener, ese algo que los hace imparables, ese algo que nos da curiosidad saber que es… Eso es la bendición de Dios, eso es su favor. Recordemos que Dios esta dentro de nosotros y que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece.

Al cabo de un periodo de tiempo habremos hecho permanente la nueva programación de nuestras mentes, con el nuevo sistema operativo. No es momento de detenernos, es momento de actualizarnos día con día. Adoptemos una actitud de aprendizaje constante. Dios dice que le busquemos a El por sobre de todo y ¡todo se nos dará por añadidura! Dios nos promete que seremos bendecidos en todos los aspectos, que nos pondrá por cabeza y no por cola, que no pediremos prestado más prestaremos y que todo lo que toquemos prosperará, vayamos donde vayamos: Deuteronomio 28:1-8, 11-13.

domingo, 16 de octubre de 2011

La Humildad vs La Soberbia...


"Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres." Juan 8:32.

Posiblemente, la humildad es el valor más devaluado de la tierra... Mucha gente cree que la humildad es no tener recursos económicos, otros creen que humillarse es la acción más baja que un ser humano puede hacer... A muchos les es imposible humillarse ante los demás… La mayoría ignoramos el verdadero significado de la humildad y su verdadero poder para con nosotros y el efecto que tiene en los demás…

Ser una persona humilde o poseer humildad es conducirnos conforme a la verdad: Es vivir conforme a la brutal verdad absoluta; en todos los aspectos de nuestra vida. El problema es que muchos, vivimos presa de una mentira que nos hemos creído y honrado con base en nuestra propia soberbia, sobre nosotros o sobre una situación en particular... Ejemplos:

La soberbia nos dice que somos lo que hacemos: que somos doctores, arquitectos o ingenieros... el problema con esto es que si somos lo que hacemos, cuando no hacemos, no somos... La soberbia dice la mentira de que somos por lo que tenemos, por lo tanto cuando no tenemos, no somos... La soberbia nos atrapa en la mentira de que somos lo que otras personas dicen que somos, el problema aquí es que si no hacemos o somos lo que otros esperan que hagamos o seamos, no somos... Y así sucesivamente... Estas son algunas de las razones por las que la humanidad es tan infeliz... Si le añadimos los problemas cotidianos de la vida, peor aún. La soberbia nos miente al decirnos que no valemos cuando no alcanzamos las expectativas humanas... También nos miente implícitamente: Nos hace creer que cuando nos abandona una pareja, no valemos o no somos lo suficiente para ser amados o que existe alguien mejor que nosotros. Cuando un padre o madre nos abandona o abusa de nosotros, es nuestra culpa. Que cuando no obtenemos esa promoción o trabajo, no somos lo suficientemente inteligentes o buenos… y así sucesivamente. Cada vez que nos sucede algo negativo en nuestras vidas, la utilizamos para devaluarnos; si lo pensamos detenidamente, nos tendemos una trampa imposible de evitar. En realidad, no existe otra manera de minimizar nuestro valor mas que cayendo en estas mentiras.

La humildad nos cura de este virus, nos libera de estas trampas y rompe las cadenas que hemos arrastrado por tanto tiempo... La humildad nos dice “la verdad” sobre quienes somos, de donde venimos y porque ningún ser humano vale más o menos que otro…

Todos tenemos el mismo origen:

"Entonces dijo Dios, hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza y señoree en los peces del mar y en las aves de los cielos y en toda la tierra y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creo Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios los creo: varón y hembra los creo". Génesis 1:26, 27.

Tan solo esta verdad nos dice que todos venimos del mismo lugar, que todos hemos sido hechos a semejanza de Dios y que todos somos perfectos... Tan solo por esta verdad no es posible que nadie de nosotros valgamos más o menos que otro... Todos valemos exactamente lo mismo y ¡la sangre de todos nosotros es roja! ¿Como puede valer uno más que otro si todos tenemos el mismo origen? Acaso un bebe que no tiene recursos o bienes, vale menos que aquel hombre presidente o millonario? Acaso un anciano vale menos que un bebe? Un bebe no vale más que un anciano porque está por iniciar su vida ni un anciano vale menos porque tiene menos tiempo; ni vale más por la experiencia que pudiera tener. Ambos valen exactamente lo mismo, pues los dos son lo mismo, simplemente separados por tiempo. ¿Acaso tu o yo valemos más o menos en algún momento de nuestras vidas?

Esta profunda verdad, de analizarla detenidamente acaba con toda inseguridad sobre nosotros mismos y con toda baja autoestima. “es que nos soy inteligente, es que nos soy esto, es que no soy lo otro”… Puras mentiras. Nos hemos creído demasiado tiempo los estándares de valía establecidos por el hombre. Si un hombre o una mujer es mejor parecido o parecida que otro(a), no vale más. Tal vez se le facilitarán algunas actividades pero no hace que valga más. Acaso los Einsteins o los Steves Jobs hacen que los demás mortales valgamos menos? Talvez en nuestras carteras pero nada más.

Podremos afirmar que estas personas tuvieron dones. Si es verdad, pero tu también los tienes. La diferencia es que ellos los desarrollaron. Aplicaron la disciplina, la constancia, el trabajo duro…. Fueron valientes y nunca se dieron por vencidos, nunca aceptaron la derrota. A Einstein lo corrieron del colegio y lo tachaban de loco. Jobs se salio de la universidad y tiempo después de fundar Apple, lo corrieron por una mala decisión. ¿Acaso eso los detuvo? No, de ninguna manera. Siguieron hasta lograr lo que todos conocemos. Tal vez conocieron a Cristo, tal vez no, pero lo que si es cierto es que tuvieron una Fe inquebrantable, se esforzaron y fueron valientes. Siguieron su corazón hasta el fin de sus vidas. Todos conocemos sus frutos.

Muchos pueden pensar erróneamente que eran seres fuera de lo normal. Si es cierto, donde la normalidad en este mundo es la derrota. No, todos somos exactamente iguales. La diferencia es que ellos siguieron a sus corazón con Fe y valor, dejando atrás toda pereza y desanimo, generando lo que muchos conocemos como el favor de Dios, su gracia. ¿Ustedes realmente creen que estas personas, cualquiera de éstas que han tenido éxito mundial, son o fueron diferentes? Que tuvieron una vida más fácil? Es muy importante que abramos nuestros ojos. La diferencia es que unos nos damos por vencidos y otro nos. Las grandes historias siempre contendrán Fe y valor. Todas.

Para describir la fortaleza del espíritu humano hay varias citas Bíblicas:

“Torre fuerte es el Nombre del Señor… A el correrá el justo y será levantado”. Proverbios 18:10.

“Mas el que me oyere, habitará confiadamente y vivirá tranquilo, sin temor al mal…” Proverbios 1:33.

“Hijitos, vosotros sois de Dios y los habéis vencido, porque mayor es el que esta en vosotros, que el que está en el mundo”. 1 Juan 4:4.

Y de las más importantes de todas: “A todo puedo hacerle frente en Cristo que me fortalece”. Filipenses 4:13.

Hay un dicho muy famoso entre los hombres que dice “Dios nunca te mandará algo que no puedas manejar”. ¿No es más bien que todo lo podemos manejar en Cristo que nos fortalece?

domingo, 2 de octubre de 2011

¿Conoces a Dios...?

A muchas personas, cuando les hablo de Dios reaccionan como si les estuviera hablando de drogas o de perversión o de alguna locura.... Hoy en día es mas aceptado hablar de homosexualidad y de violencia que de Dios... La gente simplemente cambia el tema, otras se vuelven agresivas y me dicen que no hable de eso... Otras simplemente se quedan en blanco y también hay quienes si escuchan y reciben el mensaje...

Una de las más grandes barreras entre Dios y la personas no las ha puesto Dios, sino las personas... La ignorancia de la verdad. Muchos crecimos con la imagen del Dios católico, un Dios castigador que nos juzgará y repartirá entre el cielo y el infierno...

La verdad de las cosas es que todos conocemos a Dios, pero no le damos mérito o le honramos. Es decir, si todos hemos sentido amor, conocemos a Dios, si todos conocemos la compasión, le conocemos... Cuando vemos crecer a nuestros hijos le conocemos, cuando un hijo deja las drogas le conocemos, cuando un varón deja las malas maneras, le conocemos... cuando sana una enfermedad le conocemos, cuando nos da más de lo que hemos perdido, le conocemos... El problema es que pensamos que eso no es Dios, que es una casualidad, que es cuestión de suerte y que Dios no tiene nada que ver y esta sentado en un gran trono en el cielo y que ¡nos ve como hormigas! Nada más lejos de la verdad...

La palabra que mejor describe a Dios es Amor:

El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. 1 Juan 4. 8-10.

Muchos dicen que Dios no existe porque permite las cosas malas del mundo. Las maneras de Dios no las comprendemos, pero todas sirven a un fin... Muchas veces es fácil echarle la culpa a Dios de nuestras desgracias cuando somos nosotros los responsables... Otras veces el sufrimiento es para purificarnos y elevarnos a un nivel superior, de ahí que "lo que no nos mata nos hace más fuertes"... Y cuando el sufrimiento es insufrible, Dios a prometido que no tan solo nos restaurará sino que nos pagará 10 veces lo perdido... Pero existe una clave.... La Fe.

Cuando una persona conoce a Dios, produce algo... Tal como cuando una mujer y un hombre se unen en matrimonio y producen hijos... Es decir, cuando un hombre y una mujer tienen comunión o lo que es lo mismo "unión común", producen algo y ese algo son los pequeños, los hijos... Cuando un hombre o una mujer tienen comunión con Dios, esa relación produce fruto... Nosotros podemos conocer a Dios, podemos conocerle por medio de las escrituras y saber sobre su poder y todos los maravillosos milagros que ha hecho en toda la historia... Pero eso es solo saber, es decir, es como cuando sabemos que un gobernante hace algo entonces le conocemos por lo que ha hecho pero no lo conocemos personalmente, en la intimidad, por lo que esa relación con el no da fruto... Pero cuando conocemos a alguien íntimamente, esa relación va a generar algo...

"Pero el pueblo de los que conocen a Dios se mantendrá firme y entrará en acción", Daniel 11:32.

Existe un gran cambio en nuestras vidas cuando conocemos a Dios, cuando tenemos Fe. Muchos de nosotros tenemos que ver par creer. Solo podemos creer si vemos de antemano. Pero Dios nos dice, para que logres algo, primero lo tienes que imaginar y entonces lo puedas manifestar en el mundo natural. Y es lógico... Toda idea, todo proyecto, todo desarrollo, los avances en la medicina, en la tecnología, en la arquitectura primero se gestaron en lo invisible, en lo mental, en lo que no se puede tocar, para luego materializarse. Muchos tienen problemas con la Fe pues piensan que que es algo así como la magia. No, la Fe funciona como gasolina de nuestras acciones, más profundo aún, como gasolina de nuestras virtudes, de nuestros dones, de nuestros talentos...

Cuando conocemos a Dios, conocemos el poder de la Fe. Dios nos ha prometido muchas cosas... El que conoce Su palabra sabe que la prosperidad que Dios quiere para nosotros, se manifiesta en todos los aceptos de nuestras vidas: en nuestro espíritu, en nuestra salud, en nuestra familia, en nuestra economía y en todo lo que emprendamos. Las personas que conocemos eso, ¡le perseguimos con pasión! pues como hijos de Dios, sabemos que ¡esa es nuestra herencia! Pero los que aún no le conocen, los que dudan, tal vez no les alcance la vida para saber hasta donde pueden llegar, tal vez no les alcance el tiempo para recuperar u obtener aquello que anhelan en lo profundo de su corazón... Y viven siendo prisioneros del miedo, de la duda, de la inseguridad, del caos, del mundo físico, de la experiencia humana. Nos convertimos en prisioneros de las circunstancias pero las circunstancias son mentira. La circunstancias son sobrevaloradas. Los problemas son en realidad peldaños, escalones de una escalera que siempre nos llevará a niveles más altos, pero si no los reconocemos como tal, nos caemos y ¡nos quejamos de lo injusta que es la vida!

Pero el pueblo que conoce a Dios se mantendrá firme y entrará en acción. El pueblo de Dios sabe que si confiamos en El, tendremos su promesa, dará fruto. Para aquellas personas que piensan que no son, que no tienen, que no van a tener, para aquellas que se sienten condenadas pues han sufrido por mucho tiempo, para aquellas que han perdido lo más, para aquellas que han sido tratadas injustamente, para aquellas enfermas desde hace mucho tiempo, para aquellas que han perdido el animo, para aquellas que no confían, escuchen las buenas noticias...

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Juan 10.10 


Jesús nos dice que seamos como niños. ¿Que sensación de libertad puede tener un niño? Total. Un niño no se preocupa por que va a vestir al día siguiente, que va a comer el día siguiente, vamos, no se preocupa de nada pues sabe que todas sus necesidades ya han sido resultas por sus padres, ¿no es así? Así es como debemos ser... Saber que todas nuestras necesidades ya han sido resueltas por nuestro padre ya que El sabe, antes que nosotros y mejor que nosotros cuales son... Y con esto, no afirmo que dejemos de trabajar y solamente abramos la boca, no, sino que NO nos preocupemos, que NO suframos por el día de mañana pues TODAS nuestras necesidades ¡ya han sido resueltas desde lo alto! Desde el más pobre hasta el más rico. De todas las razas credos y religiones. Si tenemos Fe, si conocemos la palabra de Dios, nuestro espíritu es renovado, nuestra perspectiva de la vida es cambiada y entonces recuperamos, logramos y alcanzamos lo que nunca pensamos tener o recuperar...

Es imprescindible para tu felicidad, tu paz y tu seguridad que te reconcilies con Dios. Dios nunca te ha abandonado. Eres tu quien te has alejado. Y El tiene todas sus promesas para ti, para que tu tan solo estires la mano y las tomes. No dudes, toma lo que es tuyo...

Hasta la próxima...