SOY HEREDERO DE DIOS Y COHEREDERO CON CRISTO
“Así que ya no eres esclavo, sino hijo, y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo”. Gálatas 4:7.
A muchos nos cuesta comprender esta profunda verdad. Supongamos que al morir, nuestros padres nos dejan una gran herencia que incluyen bienes muebles, inmuebles, dinero, joyas y títulos. Creemos que por haber recibido esta herencia tendremos una vida más cómoda, más relajada y tendremos la libertad de hacer cosas que antes no podíamos. Sin embrago sabemos, que la vida tal como la conocemos no cambia, lo que cambia somos nosotros por la herencia que hemos recibido.
Así es precisamente cuando reclamamos la herencia de Dios para con nosotros. Todos los seres humanos tenemos necesidades que abastecer. No importa si somos de México, de EEUU, África o la India, nuestras necesidades son básicamente las mismas. Así mismo nuestros problemas, algunos en mayor o menor medida, son los mismos. Desde que nacemos hasta que morimos, sufrimos una serie de perdidas. Esas perdidas son lo que nos ha llevado a vivir en esclavitud. De ahí las diversas enfermedades emocionales del ser humano, la depresión, la ansiedad, la adicción al alcohol u otras drogas y otro tipo de comportamientos destructivos: la adicción al trabajo, al dinero, al sexo, etc. El actor detrás del telón de todo esto el miedo, el temor. Miedo a perder lo que tenemos, miedo a perder la vida, a nuestros hijos, nuestro trabajo, nuestra economía, a no ser amado, a no ser suficiente, a no ser aceptado en un circulo social, a no tener dinero, al ridículo, a perder nuestra pareja, nuestro esposo(a), a perder nuestro matrimonio, a perder la salud, etc. Detrás de toda perdida imaginaria o real, esta el miedo. Y si somos un poco más específicos, es el miedo a sentir dolor en alguna de sus formas. El miedo al rechazo por ejemplo es por el dolor que sentimos al sentirnos rechazados. Y asi en cada uno de los casos. Es irónico que el miedo nos haga sentir dolor por la posibilidad de llegar a sentir dolor. Es decir, el miedo nos hace sentir por adelantado lo que ilusionamos poder llegar a sufrir...
Esta es la esclavitud de la que nos libera Dios por medio de Cristo. Muchos de nosotros hemos escuchado sus promesas para con nosotros, y básicamente, son para cada una de nuestras perdidas. Esto es muy importante. Para cada una de nuestras perdidas hay VARIAS promesas. Si pensamos detenidamente, podremos darnos cuenta que Dios nunca deja nada sin resolver. El es fiel aunque nosotros no lo seamos. Cuando se va un padre, llega otro, cuando se va un hijo o dos o tres, llegan otros, Dios nunca, nunca nos deja colgando. Pero no es suficiente que lo sepamos, lo realmente indispensable aquí es que de alguna manera programemos nuestro cerebro a siempre estar pensando en la gracia, el favor y las promesas de Dios. Lo que tenemos que lograr, es borrar nuestro actual sistema operativo e instalar uno nuevo que incluya el reino de Dios en toda su magnificencia.
El sistema operativo de Dios incluye un camino, una instrucción y un resultado para todo. No es de sabios saber que tendremos éxito, siempre y cuando llevemos a cabo la programación adecuada en nuestros corazones. A lo largo de todo el día, nuestras mentes no paran de funcionar. Diversos estudios señalan que nos decimos aproximadamente 60 mil pensamientos por minuto. Si el día tiene 24 hrs., nuestras cabezas generan aproximadamente 55,600,000 pensamientos al día excluyendo las ocho horas diarias que en teoría pasamos dormidos. ¿Pero que pasa si la gran mayoría de esos pensamientos están motivados por las perdidas, el dolor y el miedo? Tan solo un día sería trágico. Así no nos haya sucedido nada, tan solo pensar así diariamente, nos mata todos los días.
Dios nos dice que nuestra palabra tiene poder y que lo que digamos, eso es lo que cosecharemos. También nos dice que lo que sale de nuestras bocas es lo que tenemos en nuestros corazones. Por lo que si decimos que nuestra vida es un desastre, estamos mostrando una radiografía de nuestro corazón. Por esto es indispensable tener mucho cuidado con lo que alimentamos nuestras mentes. Si todo el día estamos pensando lo que hemos perdido y lo que podemos perder, que la vida no vale la pena y que no vamos a ser felices pues nunca lo hemos sido, sin duda te prometo que así será en tu corazón, inclusive aunque en la materialización no fuera así. Pero si por el contrario comenzamos a tener una actitud de victoria en lugar de víctima, por lo menos en la mayor parte de nuestro día y si pensamos que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece y que no importa lo que suceda, Dios no tan solo nos repondrá al doble lo que hemos perdido, sino que nos dará mucho más, entonces veremos como nuestras vidas comienzan a cambiar. De esto se trata reclamar la Herencia de Dios.
¿Pero como reprogramar nuestras mentes? Pongamos manos a la obra. La madre de toda destreza es la repetición. En todo: en los deportes, en la escuela y en el trabajo. La gente experta en algo lo es porque lo practica constantemente. Edison fallo 1000 veces antes de inventar el foco. No importa cuantas veces fallemos, "cada error es un paso más cercano al éxito". El momento ideal para acondicionar nuestros cuerpos es por la mañana. Es lo mismo con nuestras mentes y nuestros espíritus. Por la mañana después de despertar, nuestros cuerpos y mentes inician su funcionamiento después de una especie de "reset" (en especial en las emociones), que es el sueño.
De acuerdo a lo que ustedes necesitan, elaboren una lista de promesas de Dios sobre su tema. Pueden ser promesas para sanidad, para prosperidad, de Fe o en contra del miedo, para la depresión, el desanimo, el abandono, la confusión, la debilidad, la muerte, etc., puede ser una necesidad personal o para un hijo, madre, padre, hermano, amigo, cuñado, lo que sea. Busquen cinco promesas para cada cosa. Debemos de saber porque tenemos derecho a obtener esas bendiciones y que es lo que esta escrito. Si es una enfermedad, si es pobreza, si es perdonar, sea lo que sea, hay promesa y liberación para todo.
Una vez que hayan encontrado lo que necesitan, anótenlas en un papel y pónganlas en el espejo del baño, cárguenlas en la bolsa o la cartera, colóquenlas en la puerta del refrigerador. Lo primero por la mañana es repetirlas como merolico. Por absurdo que suene y aunque en un principio no crean, háganlo. Lo primero que sucederá es que como lo dirán en voz alta, su subconsciente lo escuchará y a nivel cerebral, iniciara la reprogramación de nuestro inconsciente. Es decir, de nuestro sistema operativo. Tal como le hemos enseñado a estar pensando lo terrible de nuestras vidas y hemos logrado titularnos en la materia, hagamos exactamente lo mismo pero a la inversa.
Si nuestra necesidad es sobre un enfermedad, existen promesas en:
Éxodo 15:26, 23:25, Deuteronomio 7:15, Salmos 107:20, Proverbios 4:20-22, Proverbios 8:35, 16:22, 24, 18:21, Isaías 53:4,5 y Malaquías 4:2.
Si nuestra necesidad es sobre pobreza o prosperidad, existen promesas en:
Génesis 12:2, 26:12, Deuteronomio 8:18, 28:1-8, 11-13, Josue 1:8, Isaías 1:19, Joel 10:26, Malaquías 3:10,11, Eclesiastés 2:26, Marcos 10:29-30.
Si lo que necesitamos es creer o incrementar nuestra Fe:
Habacuc 2:4b, Romanos 1:17, Gálatas 3:11, Hebreos 10:38, 11:1, Mateo 21:21-22, 8-8b-10, 13, 15:27,28, Marcos 5:34, 9:23, Filemón 1:6.
Para vencer el temor y el miedo:
2 Timoteo 1:7, Romanos 8:15, 1 Juan 4:18, Salmo 91:1-16, Proverbios 3:24-26, Isaías 54:14, 17, Josue 1:9, 2 Crónicas 20:15,17, 32:7:8.
Hoy en día es casi imposible no encontrar recursos. La Internet es una esencial herramienta en este sentido. Para cualquiera que sea su necesidad, busquen la palabra de Dios y pónganla donde sus ojos la puedan ver constantemente. Repítanla en oración interminablemente, hasta que se la aprendan de memoria. Analicen sus palabras y verán que poco a poco esa mente tirana comienza a cambiar y nuestras cadenas se comienzan a liberar. El principio para comenzar a creer es hacer como que creemos. Al poco tiempo, nuestro sistema operativo entrara en crisis pues estamos desaprendiendo lo pasado, intercambiándolo con información nueva. Es igualmente irónico, cuando la nueva información fue escrita cientos y cientos y cientos de años antes de nuestra era.
Cada vez que escuchen su mente hablar con prejuicio y tiranía, deténganse y decreten en voz alta que tenemos el favor de Dios, que tenemos promesa de Dios en ese respecto y que es: “……….”. Tal como nos repetimos las cosas malas hay que hacer una hábito de repetirnos las cosas buenas. Una y otra vez, ¡una y otra vez! El efecto inmediato y lógico es sabiduría y paz… Si dejamos que nuestra mente corra sin control, simplemente nos dirá lo que nos entra por los ojos y los oídos, que en la mayoría de las veces son basura y chisme. Basta ver los medios de comunicación para saber porque nuestra mente esta atascada. Pero si por el contrario nosotros elegimos que pensar y decir, el resultado no se hará esperar, nos convertimos en personas libres de verdad. Pronto, los resultados se verán en el exterior pues nuestra vibración espiritual cambia y comienza a atraer lo que estamos sintiendo. Ese es el secreto. Tan solo perciban como un bebe que no sabe nada, siente cuando sus padres están bajo tensión por algún tema. El niño(a), no para de llorar y nos preguntamos “¿qué tiene?”. Es porque el bebe siente nuestra vibración espiritual. Los animales también. Pero por el contrario, cuando comenzamos a hidratar positivismo espiritualmente, tal como un murciélago lanza el sonar y espera que regrese con la información, así mismo, nuestras vibración espiritual regresará con la vibración correspondiente. Si pensamos negativamente, atraeremos negatividad. No tan solo eso. Transformaremos lo bueno en malo. Hemos visto como a personas que no están bien plantadas, cambian ante nuestro pesimismo. La buena noticia es que funciona exactamente igual, pero con una frecuencia espiritual positiva.
Sería tanto así como trabaja la mente de un niño. Un niño no piensa más que en cosas simples, hermosas y bonitas. Es así como tenemos que pensar. Nosotros no podemos cambiar las cosas pero en el momento que nosotros cambiamos internamente, las cosas comienzan a cambiar. No es psicología barata, es así como funciona la bendición y el favor. El que busca encuentra y si nuestra mente solo busca lo malo, siempre lo va a encontrar. Pero si por el contrario educamos a nuestras mentes a reclamar lo bueno, también así lo va a encontrar.
Uno de los genios de la transformación humana, Anthony Robbins, nos dice que inclusive ¡gritemos las cosas positivas!, como locos y con mucho énfasis en lo físico. ¿Acaso no es así como Dios nos dice que oremos? Con fuerza, ¡con fuego en el corazón! Todas las personas que vemos que han sobresalido en la vida, se les nota en su actitud. Parece que no tienen miedo… Y no es que no tengan problemas, los problemas son una señal de vida. No, es su actitud lo que cambia. Si siempre están lamentándose por sus perdidas, se quedarán estancados ahí. Pero cuando el valor y la Fe son la gasolina, percibimos en ellos algo que nosotros quisiéramos tener, ese algo que los hace imparables, ese algo que nos da curiosidad saber que es… Eso es la bendición de Dios, eso es su favor. Recordemos que Dios esta dentro de nosotros y que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece.
Al cabo de un periodo de tiempo habremos hecho permanente la nueva programación de nuestras mentes, con el nuevo sistema operativo. No es momento de detenernos, es momento de actualizarnos día con día. Adoptemos una actitud de aprendizaje constante. Dios dice que le busquemos a El por sobre de todo y ¡todo se nos dará por añadidura! Dios nos promete que seremos bendecidos en todos los aspectos, que nos pondrá por cabeza y no por cola, que no pediremos prestado más prestaremos y que todo lo que toquemos prosperará, vayamos donde vayamos: Deuteronomio 28:1-8, 11-13.
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