En el uso de las facultades que me confiere el Señor de las multitudes y como parte espiritual de mi hogar, promulgo el siguiente decreto:
Deroguese todo decreto de muerte, toda sentencia de enfermedad, plagas, pestes, y cualquier inmoralidad que se ha dictado sobre nuestros hijos.
Establezcase que los niños y adolescentes de todo el mundo, son gente del Reino, respetuosos de la ley y amantes de los principios Bíblicos y los valores cristianos.
Establezcase a la familia en primer lugar, donde inicia el fluir de la comunicación entre padres e hijos, que permitirá el entendimiento entre todos y el fortalecimiento de la misma.
Anulese todo espíritu de mediocridad de la mente de nuestros niños y adolescentes; llamamos a un tiempo de cambio en la mente de la niñez y la adolescencia del mundo.
Establezcase que inicia un nuevo tiempo donde se implanta en cada niño y adolescente, semillas de sabiduría, inteligencia, ciencia, habilidades y creatividad.
Establezcase un futuro seguro impregnado de amor, confianza, alegría, un tiempo donde el fluir de tu espíritu sea derramado sobre las vidas de todos los niños, niñas y adolescentes y se instaure tu paz en ellos.
La salvación de mis hijos ha sido decretada, la cual se publica para que sea del conocimiento de los hijos de Dios y entre en vigencia inmediatamente, dejando anulada toda ley que contravenga la presente disposición.
En el nombre de Jesús... ¡amen!
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