Hoy, Dios me ha encomendado hablarles de la pereza. La pereza es un mal, un defecto que aqueja a los hombres. Pero muchos no le damos la importancia indicada. Pensamos que se trata de simple flojera como es comúnmente conocida, se trata de la renuncia a cumplir con nuestra responsabilidad sobre la tierra que depende de nuestra voluntad; es la renuncia a reconocer los dones que Dios nos ha dado para superar lo que nos venga en la vida y cumplir con el destino que El tiene para nosotros.
La pereza es definida como apatía emocional, negando lo que Dios a dicho sobre lo que somos, tenemos y podemos hacer; es estar física y emocionalmente inactivo. La pereza detona el desperdicio del hombre en relación a un lugar, una cosa, una habilidad o ideal intangible que requiere de idealización, desarrollo y mantenimiento para existir. Imaginemos a personas como Albert Einstein o Cristobal Colon por mencionar a dos, presos de la apatía y de la desidia… Otra hubiera sido la historia. Tomas Alva Edison se equivoco 1000 veces antes de inventar la luz eléctrica. Si se hubiera entregado a la pereza tal vez no gozaríamos de la luz eléctrica.
Hemos escuchado incontables historias que pudieron ser evitadas simplemente por no ser perezosos. Cuando los jóvenes no quieren estudiar, cuando no quieren aprender, cuando tienen todo para salir adelante en la vida y lo tiran a la basura. Cuando la gente no se compromete, cuando la gente se divorcia, cuando una persona no utiliza el talento que Dios le dio y lo comparte con los demás. Cuando el hombre se conforma con una vida mediocre, cuando se resigna… Cuando pensamos que estamos llenos de problemas y perdemos a Fe…
En Eclesiástico 2, versículo 13 dice: “Hay de los corazones cobardes y las manos perezosas”. Este versículo se refiere a aquellos sin valor, sin coraje para iniciar y llevar a buen fin cualquier cosa: una familia, un trabajo, un proyecto; un compromiso formal... Se refiere a aquellos que ante la primer señal de adversidad se dan por vencidos. Ya no hablemos de soportar el día malo, de soportar el sufrimiento. La vida es difícil, todos lo sabemos. Pero Dios nos ha dado las armas para soportar esos días malos, para mantenernos firmes y no caer en nuestras debilidades... Por eso los pecados son pecados, porque eventualmente nos pueden llevar a la muerte. Muchas personas afirman que el hombre a etiquetado de pecados a lo que creen ser simples defectos. Es Dios quien los a elevado al nivel de pecados pues en su infinita sabiduría, sabe lo que en este caso, la pereza, puede lograr en nuestras vidas.
Supongamos, un joven que cae en la adicción a las drogas. La adicción a las drogas es terrible. Muchos no salen, Muchos pierden la vida y por perderla, enseñan a otros a no perderla. Enseñan a otros a tener valor para hacerle frente a ese mal, a esa enfermedad. Cuando muchos inician su recuperación dicen, “¡¿pero como es que ya no puedo consumir drogas?!” esos jóvenes necesitan luchar para vivir un día a la vez, un día a la vez sin consumir. De entregarse a la pereza y no llevar a cabo lo necesario para no consumir, los puede llevar a tres lugares: hospitales, cárceles o la muerte.
¿Que necesitamos para contrarrestar la pereza? Para combatir la desidia? Para aniquilar el miedo al fracaso, o al éxito en algunas ocasiones? Compañeros, la pereza no es otra cosa que falta de valor. El ingrediente esencial para combatir la pereza, es el valor. Valor necesita una madre para traer a un hijo a mundo. Valor necesita un hombre para traer el sustento a casa. Valor se necesita para cualquier cosa o ideal que valga la pena. El mundo no sería lo mismo sin valor. Por falta de valor han caído naciones enteras. Por falta de valor muchos han muerto sin razón. Pero más importante que todo es que por pereza, por falta de valor, los valores morales, lo que es agradable para Dios, su infinita sabiduría se ha dejado de lado, se ha dejado de estudiar y de practicar. No me refiero a religiosidad, de nada sirve acudir a la iglesia todos los domingos si vamos a seguir siendo como somos, tenemos que tener el valor para no caer en nuestras debilidades, ya sean la ira, la envidia, nuestra bocota que nos mete en problemas, ya sea alguna adicción o actitud nociva, ya sea el no poner limites a nuestros hijos, etc. Hemos caído en la pereza de no creer en lo que realmente somos y podemos lograr. Hemos creído la mentira. Es realmente absurdo.
Muchos cometemos el error de irnos por el atajo, de irnos por lo fácil, por el dinero fácil por ejemplo… Las cosas fáciles terminan rápido e igual de fácil se van. Las cosas que realmente valen la pena toman tiempo. Su creación, su desarrollo, su mantenimiento, todo esto toma tiempo… Educar a un hijo toma tiempo, no podemos educarlo de la noche a la mañana, tenemos que enseñarle con paciencia y de acuerdo a su edad. El éxito no se mide por lo alto que hemos llegado, si no por los obstáculos que hemos tenido que vencer… ¿Como es que personas con todos los recursos no remontan a nada y por el contrario, otras sin nada, ni una familia que le apoye, sin tener que comer o un techo sobre sus cabezas, se convierten en un éxito?
En Eclesiástico 2:4 Dice: “Acepta todo lo que venga y sé paciente si la vida te trae sufrimientos”. Dos versículos adelante dice: “Confía en Dios y él te ayudará; procede rectamente y espera en El”… Aqui Dios nos dice que todo lo que nos venga lo aceptemos sin reservas, pues siempre hay enseñanza detrás de todo. Que seamos pacientes pues las cosas buenas toman tiempo para consolidarse; la serenidad ante el sufrimiento permite a Dios obrar en nuestras vidas. Demonos cuenta que en la vasta mayoría de las situaciones, la solución nunca esta en nuestras manos. Dios nunca nos va a abandonar, nunca. Es en nuestra debilidad cuando El trabaja más. Todo lo que tenemos que hacer es dar el primer paso, el paso de Fe... Y con paciencia, su recompensa es nuestra. "Paciencia infinita produce resultados inmediatos..."
En Josué 1:9 dice: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Dios estará contigo en donde quiera que vayas”. ¿Nos damos cuenta que cuando se nos presenta algo que no queremos hacer, no tenemos más que presentarnos? No tenemos más que dar el primer paso... ¡Esto es la definición de tomar el toro por los cuernos! pero nosotros pensamos que es tragarnos el toro entero... Por decirlo de otra manera, tan solo con dar el primer paso, los engranes de Dios comienzan a andar. Una vez resuelto el problema decimos, “pensé que iba a ser peor”. Es decir, con un solo paso de Fe, con tan solo ser valientes y llevar a cabo ese esfuerzo inicial, ¡Dios se manifiesta! Siempre! Analicen y verán que es así. A veces, la solución no es la que esperamos, tal vez no sea cuando queramos, es ahí cuando no podemos perder la Fe, cuando no debemos darnos por vencidos... La voluntad de Dios para con nosotros siempre es buena, pues cuando Dios da, da con abundancia. Confía en El pues sabe cuales son nuestras necesidades antes que nosotros… Les puedo afirmar con toda certeza que nunca falla. Muchos podrán decir, " pero es que Dios no me ha dado lo que le he pedido, no me ha regresado aquel que se fue, no me ha dado mi trabajo"... Si Dios nos cierra una puerta, ¡por otro lado abre un portón! Si Dios no nos da algo puede ser que no estemos listos para recibirlo, puede ser que no sea su voluntad porque si lo hace, puede ser peor para nosotros... Puede ser que Dios quiere que luchemos por aquello que deseamos... si Dios nos cierra una puerta es porque hay algo que no vemos con nuestro limitado discernimiento, hay algo detrás, algo infinitamente mejor que El tiene para nosotros, pero El quiere que luchemos para obtenerlo y cuando se nos de, lo valoremos y sepamos conservar... Muchas veces Dios no nos da las cosas pues no es lo que necesitamos o no estamos listos para manejarlo... Y por el contrario, cuando Dios nos da algo, ¡siempre estamos capacitados para manejarlo!
Así que compañeros, ya lo saben. No caigan en la pereza, no pierdan el valor. Cuando emprendamos una nueva meta, un nuevo objetivo, cuando decidamos bajar de peso, cuando decidamos aprender otro idioma, cuando decidamos comenzar a trabajar o reanudar nuestro trabajo, cuando decidamos crear un ministerio, cuando decidamos casarnos y crear una familia, cuando decidamos comprometernos con El en algún área de nuestras vidas, combatamos la pereza con valentía y hagamos un esfuerzo constante y persistente... Sin duda, Dios nos ayudará.
Hasta la próxima…
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